lunes, 8 de junio de 2020

Para lo de la sanidad, no me sirve una solución capitalista.

El capitalismo se basa en que los consumidores escogemos lo que nos atrae más por calidad, estética, precio o porque hacen el mejor anuncio. Esos obliga a los fabricantes a hacer productos mejores, más bonitos, más baratos o a pagar anuncios más creativos. El capitalismo es cojonudo para hacer coches y que cada consumidor escoja el coche más chulo, el más fiable, el más barato, el de la marca que ha ganado el mundial de rallys, o no tener coche.
La salud, al contrario, no es un bien elegible. Todos queremos tener la mejor posible. Lo llevamos en los genes, nos ha permitido sobrevivir como especie. Si pudiésemos pagarla  y tuviésemos que pagarla, nadie dudaría en hacerlo. Nadie escoge el medicamento con la caja más bonita ni la operación de la que ha visto el anuncio más creativo. Someter la salud a la lógica capitalista no tiene ningún sentido. O sí lo tiene, pero es inmoral.

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