lunes, 17 de julio de 2023

En las próximas elecciones, al carajo la solidaridad.

Cuando era joven, era de izquierdas por idealismo. Creía que la solidaridad era la solución a la mayoría de los problemas. Un ingenuo, como muchos jóvenes. Después fui madurando y descubrí que intentar sustentar una sociedad en un bien tan escaso como la solidaridad era una utopía. También, todo hay que decirlo, hice algo de autocrítica. Yo era pobre y reclamar generosidad es mucho más fácil desde la pobreza. Me esforcé mucho y me saqué una carrera universitaria. Mis ingresos económicos crecieron bastante y me pude dar unos lujos que mis padres ni soñaron. He descubierto que la solidaridad es un cuento. En las próximas elecciones, votaré con todo el egoísmo del mundo. Y, aunque ningún partido me garantice nada, votaré pensando que la jubilación se va acercando y es mejor perder poco poder adquisitivo que perder mucho. Votaré pensando que cada vez tendré más achaques y me cobrarán más si intento hacerme un seguro privado de salud. Votaré pensando que cuantos más chavales tengan una formación de calidad, menos chavales acabarán enfadados y quemando algún coche que puede ser el mío. Votaré pensando que mis hijos tienen una buena formación, pero eso no impide que se queden en par y que puedan necesitar una prestación de desempleo digna hasta que encuentren su siguiente trabajo.

Ahora solo me falta escoger qué partido de izquierdas votaré.

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