sábado, 16 de septiembre de 2023

El respeto a los muertos.

Mi madre tenía ocho años cuando murió su tío Benigno. Siempre que dijo que su tío la quería mucho. Benigno era legionario y murió en la batalla del Ebro. Tenía el grado de cabo. Este grado puso su nombre en un lugar preeminente del monumento a los caídos de Segura de Toro.
Este año visité ese el pueblo natal de mi abuelo y vi el monolito. El tiempo prácticamente ha borrado el nombre de Benigno. Aún así, alguien había pintarrajeado la piedra haciendo más ilegibles los nombres. Sentí que alguien había ultrajado a mi tío abuelo y me ofendió.
Si yo sentí esa ofensa, ¿qué deben sentir los que no tienen ningún lugar físico en el que honrar a sus muertos? ¿Qué tara en el alma deben tener los que se burlan de la búsqueda de cadáveres en las cunetas?
Soy partidario de demoler todos los monumentos que el franquismo erigió para honrar a algunos de los muertos en la Guerra Civil. Son una ofensa a los otros caídos, no se pueden resignificar y se evitarían vandalismos.

P.D. He robado la foto de Segura de Toro a Jesús Pérez Pacheco.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienen la tara del odio
Honras a tu tío abuelo Benigno con el recuerdo. Bien hecho.

Mariano Puerta Len dijo...

Para mí, luchó en el bando equivocado. Pero, probablemente, no pudo escoger. No voy a juzgar a un hombre que murió hace 85 años. Me basta saber que mi madre ño quería.

Anónimo dijo...

La mayoría no pudo escoger. Miedo. En el pueblo de mi padre a los de izquierdas los mataron en fosas comunes como la de Estepar. Venían los falangistas se los llevaban y de noche sentían las descargas.

Anónimo dijo...

El pueblo era Villavieja de Muño.