miércoles, 16 de marzo de 2011

Una semana que cambiará muchas opiniones.

Hace unos días, le estuve dando vueltas a una entrada en este blog en la que pensaba comentar la reacción de los ecologistas ante la catástrofe japonesa y su impacto sobre las centrales nucleares. Pensaba calificarlos de oportunistas. Me parecía normal que un terremoto y un maremoto como los acontecidos dañaran algunos equipamientos, centrales nucleares incluidas. Hasta planeaba comparar las centrales nucleares con los puentes: muchos japoneses habrán muerto en puentes y a nadie se le ocurre pedir su desmantelamiento en todo el mundo. El tiempo, sólo unos días, hubiese dejado en ridículo mi pretenciosa opinión. Está visto que los opinadores aficionados lo tenemos más fácil que los profesionales. Éstos tienen que ofrecer su opinión con puntualidad y no pueden esperar a ver si la realidad se equivoca o coincide con lo que ellos publican.

4 comentarios:

Joan Montoya dijo...

Opinar siempre es más fácil que hacer, pero siempre es bueno opinar. Si se hace con criterio, buena voluntad e imparcialidad, la otra parte pueda sacar algún tipo de provecho de las opiniones ajenas.
Eso sí, el que opina acaba recibiendo palos de algún sitio.

Inma dijo...

Entonces, los puentes no los quitamos, ¿no?

Mariano Puerta Len dijo...

Algunos puentes, de momento, no los quitamos. Pero si una auditoría de seguridad demuestra que un puente no es capaz de resistir un terremoto de grado 8, se cierra al tráfico peatonal.

Inma dijo...

ah,vale