El lápiz y el bolígrafo con corazón.

Circula una historia, quizás apócrifa, que explica que en la carrera espacial la NASA dedicó un esfuerzo considerable a desarrollar un bolígrafo capaz de escribir en ausencia de gravedad, mientras que los soviéticos viajaron con lápices. Recuerdo el eslogan de un bolígrafo de los años 70, Paper Mate, el bolígrafo con corazón. Un bolígrafo capaz de escribir boca arriba. No puedo dejar de suponer que entre la historia y el ingenioso bolígrafo existe alguna relación.
En el mundo empresarial actual, actúan algunas importantes consultoras como el inventor del bolígrafo que no necesita gravedad. Ante cualquier problema, proponen soluciones tecnológicamente brillantes y tremendamente costosas, en lugar de ofrecer soluciones mucho más eficientes y baratas. Si además, la solución de las consultoras resulta extrapolable a otros entornos, será la consultora la que venda los bolígrafos con corazón, no la NASA.