martes, 30 de agosto de 2011

Las naciones (II).

Las naciones, como los idiomas, son unas construcciones colectivas y artificiales. Sin embargo, nos son imbuidas  desde la infancia de tal manera que llegan a parecernos unas construcciones naturales. Como el gallego del chiste, nos sorprendemos de que los franceses llamen fromage a algo que se ve claramente que es queso. Del mismo modo,  hay españoles que se sienten sinceramente sorprendidos de que existan catalanes o vascos que no quieren ser españole, o catalanes que creen  que si no deseas la independencia de Cataluña eres un ignorante o un traidor. Puedes escuchar a Mariano Rajoy decir que en un país normal sólo se puede hablar un idioma en sus parlamentos, como si Canadá o Suiza no fuesen países normales. O puedes escuchar a independentistas catalanes o vascos reclamar el derecho a la autodeterminación para Euskalherria o Els Països Catalans mientras se lo niegan a Navarra o Valencia.
Las naciones, como los idiomas, son hoy las que son. Se parecen, a veces más y a veces menos, a lo que fueron., y a lo que serán. Seria deseable que esta evolución fuese mucho más pacífica de lo que ha sido hasta ahora.

No hay comentarios: